A la comunidad cinematográfica,
Lxs Realizadores y Productores Integrales de Cine nucleados en RDI, queremos hacer pública la situación que venimos padeciendo desde hace meses y que se ha agravado en el último tiempo. Sistemáticamente los cineastas que somos autores y productores de nuestras películas, como así también lxs pequeños productores -que conformamos el sector más numeroso del cine nacional- estamos siendo excluidos de toda posibilidad de acceso a los subsidios que establece el Fomento a la Cinematografía Argentina otorgados por nuestra Ley de Cine.
Actualmente se está elaborando un conjunto de modificaciones al actual Plan de Fomento, que pretende reglamentar la Ley de Cine para beneficiar sólo a un sector, el que está participando de las negociaciones. ¿Por qué el INCAA no se sienta a trabajar con todos los sectores? No lo sabemos y solicitamos una respuesta pública.
Ya el Plan de Fomento aprobado por la gestión de Cacetta en enero de 2017, había comenzado un proceso de exclusión arbitrario al acceso de los subsidios cinematográficos. Que lejos de optimizar y transparentar el sistema, lo burocratizó de forma errática y confusa, entorpeciendo y retrasando toda gestión que se tenga que realizar.
Con las modificaciones actuales que quieren implementarse observamos que nuestras películas ya no tendrán derecho a solicitar los subsidios otorgados por el INCAA.
En pos de construir una riqueza en los métodos de producción y creación de cine que eleven el potencial artístico y optimicen los esquema de producción solicitamos que:
–Se reconozca la figura de la Persona Física en la categoría Responsable Inscripto, para solicitar un Subsidio y que no sea excluyente de la persona jurídica S.R.L., ya que AFIP no establece ninguna normativa por la cual el INCAA deba implementar esta modalidad. Esta arbitraria reglamentación nos obligaría a derrochar recursos en estructuras innecesarias para esta actividad, que lejos se encuentra de potenciar el cine que hacemos o las condiciones en que trabajan lxs técnicos y actores de nuestra películas.
–Que se establezca un sistema dinámico y rápido de financiación, por fuera de la burocracia bancaria, que ahorre recursos al INCAA y a nuestras producciones, evitando el pago de intereses onerosos e innecesarios con el dinero del Estado y de las películas. En pocas palabras, queremos que la plata se utilice: para pagar sueldos de técnicos, actores y extras; para invertir en locaciones, escenografías y vestuarios; para potenciar las investigaciones y la construcción de los guiones; es decir, procesos que se vean reflejados en la calidad artística y técnica de los films. Y que los recursos económicos no se dilapiden en el sector bancario.
Nos oponemos a la bancarización de la financiación de los subsidios. Es innecesaria y absorbe recursos legítimos.
–No queremos un sistema de acceso a los subsidios donde solo se valore el número de películas hechas en un período de tiempo, como está tratando de establecerse (cantidad de películas hechas en los últimos 10 o 5 años). Este criterio obliga a lxs productores a tener que hacer muchas películas en poco tiempo para no perder los antecedentes y esto prioriza la cantidad por sobre la calidad. Al público no le interesa si un productor hace muchas películas, le interesa que la oferta de películas sea buena.
Por nuestra experiencia de trabajo hemos comprendido que extender en el tiempo los procesos de realización nos permite darle una elaboración artística más minuciosa a la estética y narrativa de nuestros films. Por eso queremos que se respete un diseño de producción con equipos chicos durante tiempos largos de rodaje y postproducción.
No queremos que nos obliguen a reproducir esquemas tradicionales del mercado, porque son sistemas que no nos sirven para el cine que hacemos.
Si buscamos que nuestras películas tengan una voz propia, que pueda sobresalir entre los miles de films que invaden las pantallas y los festivales del mundo, necesitamos un cine que nos refleje, que posea identidad y ofrezca diversidad, y no solamente aquel que impone la lógica del consumo.
El Fondo de Fomento no puede ser acaparado solamente por un tipo de cine, ni por un reducido sector de la cinematografía argentina. Su distribución debe asegurar el crecimiento del Cine Nacional en calidad estética y técnica, diversidad de historias e innovación de lenguajes.